Cultura Global
Es mejor que mil personas culpables escapen de la pena capital, a que una persona inocente sufra. Benjamin Franklin
El crimen más grande de lesa humanidad.
Crucifícale, Crucifícale
Eran las horrendas palabras que pronunciaban fariseos, escribas, saduceos, celotes, y personas ligadas a sus séquitos, eran palabras cargadas de odio, resentimiento, amargura, envidia, penumbra, veían la mejor salida a una situación que se le había salido de sus manos.
La crucifixión, era el método mas horrendo que impusieron en esa época, los Persas la inventaron, lo que es hoy Irán, y los Romanos la adoptaron, la consideraron tan vergonzoso, y humillante, que nunca la aplicaron a sus propios ciudadanos, pues el reo se crucificaba desnudo, y lo dejaron para aplicarla a los esclavos, insurrectos y prisioneros de guerra de otras naciones.
Era una forma de muerte horrible, pues el crucificado quedaba abandonado a la intemperie, desangrándose hasta morir, expuesto a los ardientes rayos del Sol, a la tortura de la penosa posición, se unía el dolor causado por las heridas, y sobre todo por la sed y la asfixia, que se agravaba por la pérdida de sangre, y el sofocante calor, a veces, el crucificado duraba días en morir, en otro caso se apresuraba su muerte quebrándole los huesos y golpes con palo, era usual dejar el cuerpo en la cruz, agua, sol y sereno hasta que se descompusiera, la sentencia prohibía sepultarlo, se concebía una concesión especial, que se debía solicitar de manera expresa, el bajar el cadáver de la cruz, era símbolo de oprobio, era el castigo final y más vergonzoso que se le imponía a un ser humano.
El Imperio Romano, fue el más vasto y grande de todos los tiempos, pues gobernó Oriente y Occidente, fue el responsable de llevar a la cruz a Jesús, haciendo uso del más grande crimen, en toda la historia de la humanidad. Castigar un inocente.
Lo que no sabías el Imperio, era que la muerte en la cruz fue un propósito del Creador, anunciado por el rey David 1010 a.C., el profeta Isaías lo había anunciado 738 a.C., el profeta Jeremías 650 a.C., el profeta Zacarías 520 a.C., y el profeta Amós 750 a.C.
Cada ser humano en el planeta ha cometido errores, faltas y pecado, ha violado el código divino de las leyes universales, lo que conlleva a morir en la cruz, cada ser humano.
Jesús de Nazareth, el único ser de la Creación, se ofreció a pagar esa deuda moral y espiritual por la humanidad, ofreciéndose a morir por cada ser humano que debía morir en la cruz.
Esa muerte en la cruz, solo tiene valor para aquellos que creen, que pagaron por ellos esa muerte, de lo contrario serán juzgados en el Juicio del Gran Trono Blanco. Para que pague esas faltas espirituales y morales.
Solo los seres humanos que creen en Cristo, su Ser se hace inmortal, convirtiéndose en hombres y mujeres del imperio del bien.
El Amor surge en la Cruz, con Cristo Jesús, ahí, nace un nuevo horizonte en la Luz del camino, de cada ser humano, para tener vida en abundancia.
Rechazar este amor, es el peor de los pecados.
Fue la muerte de Cristo en la cruz, que nos dio vida y esperanza, nos dio la inmortalidad del Alma, que era un problema no resuelto.
El Corazón empezó una nueva dimensión en el horizonte de la vida.
El amor viene a suplir todas las necesidades humanas, y deja Cristo Jesús su gran legado, El Amor.
En la Semana Santa, se conmemora en honor al Redentor de la humanidad, Cristo. Hoy celebramos su aniversario 1992. Su gran legado el Amor. Que nazca, en cada corazón del ser humano, ese gran legado.
Pelagio Arias Peña
Escritor, Master Cint. Negro 7mo. Dan
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