Por Dayvi López Vargas/
La maldita política jugando a favor de los sucios ladrones de 235 vidas en Jet Set. Ya pasó el mes y no hay un solo responsable. Además del empresario involucrado, aquí hay más cómplices, incluyendo a políticos corruptos.
No han estado un solo día presos por este caso, ni destituidos, no hemos aprendido nada de esta tragedia de impacto mundial. Siguen tratando de crear temas para entretenernos. Por desgracia perdimos lo mejor de la sociedad que buscó solo divertirse, sí, divertirse luego de haber durado más de 30 años trabajando, otros luego de darlo todo en el baseball y en la música.
Aquí se combinó la corrupción, la ambición por el dinero, los malos hábitos sociales en política de seguridad y la mirada displicente del Estado controlado por la oligarquía. Nuestro país y el mundo vio con horror los metros de cadáveres apilados detrás de esas malditas paredes y hierros retorcidos.
Recordamos la ausencia total del Estado y sus funcionarios son responsables. No bastan las simples declaraciones de condolencias de un presidente y su esposa, que con «lágrimas de cocodrilos», al poco tiempo empezaron sus actividades y fiestas sin el menor atisbo de humanidad y empatía por los fallecidos, aunque su responsabilidad, en este caso, no fue directa.
El Jet Set fue una vergüenza nacional, donde los políticos, fiscales y jueces, no estuvieron a la altura. Hasta la fecha ni un solo procesado. Nos queda ver sus zapatos y tenis colgados. Los nombres de los fallecidos estampados en las puertas tapiadas, son la placa recordatoria de la gran tumba que se llama “Jet Set”: la trampa mortal que nadie advirtió y los que suponían que podría pasar, no se preocuparon por impedirlo.
A lo mejor los culpables de esta masacre sigan subiendo en las encuestas de los implicados, quienes pretenden reinsertarse en la comedia política dominicana y ya lo intentaron con abrir Jalao, sin embargo, tampoco adecuaron aquel centro, que podría desplomarse. Debemos ver quién es el culpable de este asesinato u homicidio de jóvenes y adultos mayores.